La mayoría de la gente va al gimnasio o sale a correr por la noche, pero un estudio reciente asegura que es mucho mejor hacerlo por la mañana. La investigación de la Universidad de Murcia, dirigida por la doctora Marta Garaulet, afirma que el ejercicio intenso nocturno altera nuestros ritmos biológicos y afecta a la calidad del sueño.

Así lo relata la doctora Garaulet: «Nuestro reloj interno está sincronizado con el exterior gracias a la luz, la hora de la comida y el ejercicio. Asocia la actividad con la mañana. Si haces deporte por la noche, le mandas una señal contradictoria. Ve que no hay luz, pero percibe que estás muy activo y dispara las hormonas matutinas».

El equipo de investigación reclutó a 21 mujeres jóvenes y sanas del equipo de rugby de la Universidad de Murcia y las hicieron salir a correr en horarios diferentes. La primera semana salieron a las 9 de la mañana, la segunda no hicieron nada, y la tercera fueron a las 9 de la noche.

¿Quién no ha deseado alguna vez no cruzarse con ninguna persona conocida por la calle? Esto es lo que pensaron los creadores de Cloak, una plataforma que se define a sí misma como «la red social antisocial».

Cloak, al contrario de todas las redes sociales, no sirve para conectarnos con amigos o compañeros, sino para evitar encontrárnoslos. Funciona con el motor de localización de Foursquare e Instagram, indicándonos dónde se encuentran los propios contactos para no tener que saludarlos o hacerles buena cara.

El usuario elige a aquellos contactos con los que no quiere cruzarse y recibe una notificación cada vez que éstos se le acercan. «Hemos llegado a la cresta de las grandes redes sociales con Twitter y Facebook, ahora van a emerger las redes antisociales», declara Chris Baker, uno de sus creadores.

Disponible para iOS, la compañía ha asegurado que próximamente añadirá los datos de ubicación de otras redes sociales a parte de Foursquare e Instagram, aunque ha descartado Twitter.

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por un perro? En China, un promotor inmobiliario se ha gastado, nada más y nada menos, que 1,4 millones de euros en un mastín tibetano.

El imponente animal tiene un año y pesa 90 kilos. Según los medios chinos, la escandalosa cifra pagada por él lo convierte en el perro más caro del mundo.

Su comprador desembolsó 12 millones de yuans por el perro durante una feria canina en la provincia oriental de Zhejiang. Y es que tener un mastín tibetano se ha convertido en la última moda entre los multimillonarios chinos, y allí son todo un símbolo de estatus social.

Tanto es así que su precio se ha disparado en los últimos años, hasta llegar a superar el millón de euros. Su impresionante pelaje  en tonos negros y rojizos y sus grandes dimensiones hacen que parezcan leones. Desde luego, su precio también es más propio de un león.