Joseph Hobson Jagger, el primer hombre en saltar la banca del Casino de Montecarlo

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El Principado de Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo, únicamente superado por el Vaticano. Con poco más de dos kilómetros cuadrados de extensión, este oasis de lujo y glamour situado en la costa azul tiene la más alta concentración de millonarios por habitante. De hecho, el informe ‘La Nueva Riqueza Mundial’ elaborado por la agencia inmobiliaria, consultora de propiedades residenciales y comerciales Knight Frank, señala que un total de 13.400 millonarios viven en el país, una cifra que equivale a un tercio de la población total (38.695). Uno de los principales atractivos de este estado independiente y soberano, que también es un lugar perfecto para una escapada, es el histórico Casino de Montecarlo, uno de los más antiguos e importantes del planeta.

Diseñado por el arquitecto francés Charles Garnier, que también realizó la Ópera de París, el Casino de Montecarlo se inauguró en 1863. Este complejo de ocio, que también incluye el Gran Teatro de Montecarlo y la sede de los Ballets de Montecarlo, es propiedad de la Société des Bains de Mer, empresa pública en la que el gobierno monegasco cuenta con una participación mayoritaria. Un edificio majestuoso y elegante que alberga la gama de juegos de azar más prestigiosa y completa de Europa. Los jugadores pueden encontrar diferentes salones con más de 50 máquinas tragaperras, blackjack, baccarat, craps, ruleta europea y americana, así como una sala dedicada al poker. Una de las curiosidades del Casino de Montecarlo es que los ciudadanos de Mónaco tienen prohibida la entrada.

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