Todo sobre los lubricantes

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Los lubricantes íntimos facilitan las relaciones sexuales, aumentando el placer y/o evitando el dolor durante la penetración. Posibilitan la ejecución de algunas prácticas sexuales como el sexo anal, el uso de dildos y otros sex toys, y permiten hacer el amor también en presencia de sequedad vaginal.

Un estudio sobre el uso de lubricantes, publicado en el Journal of Sexual Medicine, concluyó que «las personas que los emplean durante las actividades sexuales documentan mayores niveles de satisfacción y placer y menos síntomas sexuales que las que no los usan».

Los lubricantes se deben utilizar durante los juegos preliminares. Para disfrutar de sus efectos, empapa las yemas de tus dedos e introdúcelos en la entrada de la vagina de tu pareja, en caso de sequedad o de querer aumentar la lubricación natural femenina. Utiliza una cantidad pequeña, especialmente si vais a usar preservativo, ya que un exceso haría que deslizase demasiado con el roce, pudiendo llegar a desprenderse.

El uso de lubricantes es indispensable en el sexo anal, zona que incluso en presencia de excitación no se lubrica de forma natural, lo que puede hacer la penetración difícil y dolorosa. Ante esta práctica, la cantidad debe ser más generosa y hacerse introduciendo los dedos lubricados poco a poco en el orificio anal.

Por lo general, los lubricantes íntimos son fríos y esto puede resultar desagradable al tacto. Un pequeño truco es frotarse durante unos minutos las yemas de los dedos ya impregnados. Subirá la temperatura y hará que la sensación sea más placentera.

Un aspecto a tener en cuenta es el tipo de lubricante que utilizar. Es fácil decantarse por aquellos con colores y sabores atractivos: fresa, chocolate, fruta de la pasión… que aportarán un toque exótico y picante a la relación. Pero recuerda, antes de ponerte manos a la obra, debes ver cuál es su composición.

Los lubricantes a base de agua son los más recomendables: no se pegan, no manchan, son inodoros y 100% compatibles con los preservativos. Eso sí, si pretendes practicar sexo en el agua, te serán inútiles: son hidrosolubles. Para este caso puedes utilizar lubricantes a base de silicona, que duran mucho y no se secan, pero son incompatibles con la mayoría de consoladores.

Y una última recomendación. Los lubricantes facilitan la propagación de infecciones bacterianas, por lo tanto, es necesario lavarlos después de cada contacto sexual para evitar que un lubricante sucio contamine, por ejemplo, la flora vaginal.

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