A continuación, uno de los dos se acuesta, mientras el otro, encima, deslizará varias partes del cuerpo sobre el de la pareja, de la manera más sensual posible. No os limitéis a las manos: usad los pies, la cara, las piernas, los genitales, las nalgas o la espalda, respirando profundamente.
Intercambiad los roles y, cuando hayáis tenido suficiente, acabad masajeándoos la cabeza (teniéndola entre las manos como un objeto precioso y levantándola apenas), el cuello y los hombros. Finalmente abrazaos.
El sexo tántrico es sentir, estimular y llegar a un equilibrio con la otra persona. Una manera diferente de vivir la sexualidad. También es un momento de relajación y de valorar a la persona que tenemos a nuestro lado. Porque no todo en el sexo es orgasmo.



















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