Sicilia, esencia mediterránea

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Sin olvidar sus volcanes, símbolos de su naturaleza exuberante, algunos de los cuales en activo, como el Etna y el de Strómboli. Atractivo enriquecido también por restos arqueológicos que nos hablan de los orígenes antiguos de Trinacria (antiguo nombre de Sicilia) y sus numerosos monumentos, testimonios de un arte que ha sabido cimentarse en el curso de los siglos. Las provincias son: Palermo (capital), Agrigento, Catania, Caltanissetta, Enna, Messina, Ragusa, Siracusa y Trapani.

Es un importante destino turístico de Europa cuyos orígenes pueden retrotraerse al siglo XVIII, cuando la popularización que supuso el Viaje a Italia de Goethe la convirtió en una etapa obligada del Grand Tour, el viaje educativo y de ocio que los jóvenes aristócratas europeos, en buena parte británicos, realizaban como culminación de sus estudios antes de su ingreso en la edad adulta. La isla de Sicilia ha estado habitada desde la Prehistoria.

De la época del Paleolítico quedan restos en el litoral septentrional (Trápani), y del neolítico en lugares como Termini Imerese. En el III milenio a. C. los sicanos, de cultura neolítica, habitaron la isla. Los sículos, que dominaban ya el cobre, se asentaron a mediados del II milenio a. C. En la época de las colonizaciones, fue ocupada por fenicios (siglo IX a. C.).

En el siglo siguiente, Sicilia fue colonizada por los griegos, quienes fundaron varias ciudades de importancia. La principal de ellas fue Siracusa (733 a. C.) pudiendo mencionarse también Catania (siglo VII a. C.). En el siglo V a. C. empezó la penetración cartaginesa en la isla. Los tiranos de Siracusa, como por ejemplo Dionisio el Viejo, Dionisio el Joven o Timoleón, convirtieron a Sicilia en un pequeño imperio propio.

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