El alcohol en la dieta

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En una dieta equilibrada no tienes que suprimir estas bebidas de manera radical. Basta con controlar su ingesta, sabiendo que para evitar que esas calorías vacías pasen a formar parte de tus «reservas», deberás eliminarlas lo antes posible. Una sesión de baile entre copa y copa o una hora de bicicleta a la mañana siguiente reducirán los efectos nocivos de esa ingesta extra de alcohol.
 Graduación y calorías

No todas las bebidas alcohólicas son iguales. Su mayor o menor aporte calórico depende de su graduación (mayor o menor contenido de alcohol), y de los azúcares que contenga (especialmente si se trata de combinados).

Mención aparte hay que hacer respecto a determinadas bebidas cuyas calorías no son «vacías», ya que en su composición se incluyen distintas sustancias beneficiosas. Es el caso de la cerveza, rica en vitaminas y minerales y con una importante acción diurética, o el vino, cuyos taninos favorecen el sistema cardiovascular (insistiendo siempre en la necesaria moderación). Otro ejemplo es la sidra, bebida fermentada (no destilada) que encierra algunas de las buenas propiedades de la manzana.

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