Sin luz y sin manos al volante: así aprende un coche autónomo a ‘ver’ de noche

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Sin ir más lejos, uno de los investigadores del LSI desarrolló un sistema de infrarrojos con el que cualquier vehículo podría detectar peatones o animales de noche. Una técnica revolucionaria basada en la diferencia entre el calor corporal y la temperatura ambiente nocturna y que, sin embargo, necesitaba ser complementada con otros sensores para que el coche autónomo tuviera a su disposición todos los datos de su entorno.

 

El principal reto de los fabricantes no es ya crear una red neuronal capaz de identificar señales y peligros aun de noche, sino tratar de fusionar toda la información en el menor número posible de sensores. Pero, más allá de los resultados de investigaciones y el desarrollo de nuevas técnicas, hay otro muro que sortear: el precio.

«Es justo el quid de la cuestión para los fabricantes que están probando coches con láser para condiciones con poca luz: el más barato está alrededor de los 8.000 euros, que es el precio de un coche barato», explica el profesor. Es probable, eso sí, que la situación cambie pronto en lo económico. «Cuando salieron estos sensores hace diez años valían 100.000 euros y los fabricantes esperan que lleguen a costar solo 150 euros», puntualiza.

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