Prueba del BMW i8

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En el interior destaca el diseño espectacular. El puesto de conducción nos parece muy futurista pero no casa con el exterior, que lo es mucho más. En el salpicadero tenemos una pantalla TFT y otra en la consola igual que tienen en otros modelos de BMW.

Es abrumadora la cantidad de datos que podemos tener en ambas pantallas, relacionadas con diferentes sistemas como el navegador, el ordenador de viaje, etc. Nos ha parecido que algunos datos están desperdigados.

Pero es innegable que el diseño de los menús es espectacular. Ambas pantallas tiene una resolución muy buena y se ven incluso con la luz del sol incidiendo sobre ellas.

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El puesto de conducción está bastante bajo, pero sin exagerar. Los asientos delanteros son cómodos y sujetan bien el cuerpo. Curiosamente tienen menos ajustes que en otros modelos de BMW.

Las plazas traseras solo sirven para llevar puntualmente a dos adultos, pero no creemos que se puedan meter fácilmente porque son estrechas, no hay mucha altura y el respaldo es vertical. Al menos se puede usar por niños aunque no es recomendable que lo hagan de forma habitual.

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