Pillados

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Momento incómodo donde los haya fue el de Y. Ella había compartido piso durante un año con su pareja, pero la convivencia los mató y decidieron romper. Estuvieron dos meses intentando buscar otros inquilinos que los sustituyeran y, mientras tanto, vivían cada uno en su casa.

En una noche de borrachera, Y se llevó a su ligue de discoteca al piso, que le quedaba a tiro de piedra. En mitad del polvo mañanero, se abrió la puerta de la habitación y apareció su ex, el mismo con el que se había acostado tantas y tantas veces en esa cama. Lo mejor es que no iba solo, lo acompañaba una pareja que estaba interesada en el piso. Obviamente, se les quitó el interés.

Algo parecido le pasó a Z, pero esta vez con las dos tías con las que se estaba acostando. Se ve que había quedado el mismo día con las dos en su casa, y con la primera se le echó el tiempo encima. Allí se presentó la segunda, que los pilló en plena faena. ¿Que quién le abrió la puerta? La criada que limpiaba la casa, sabedora de que estaba con la otra en ese momento y cansada de la amplia vida sexual que se gastaba Z. Y de estar cambiando sábanas continuamente.

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