Rozaduras y ampollas: por qué se producen y cómo evitarlas

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La aparición de ampollas y rozaduras puede deberse a distintos factores dependiendo de la persona, pero a grandes rasgos siempre suele haber denominadores comunes, siendo el más frecuente el roce contra el material utilizado. En el caso de los corredores, es más frecuente sufrir rozaduras y ampollas en los pies, ya que con el ejercicio aumentan la sudoración y la humedad y, por tanto, la piel se reblandece y es más propensa a sufrir roces con los calcetines si estos no son del material técnico adecuado.

Llevar un buen material al hacer 'running' es fundamental. (Foto: Pedro Moya)

También puede deberse a las zapatillas, sobre todo en casos en los que la talla no es la adecuada o tienen algún tipo de irregularidad en el material interior que acaba provocando una herida. Las rozaduras también pueden producirse en zonas diferentes al pie, tales como las axilas, los pezones o la entrepierna. En estos casos, de nuevo, el causante suele ser el material de las prendas utilizadas y su fricción con la piel.

Cómo prevenir los roces y ampollas

La clave para evitar las rozaduras y ampollas es mantener siempre la piel hidratada, ya que una piel seca tiene más posibilidades de sufrir fricción. En el mercado podemos encontrar multitud de cremas hidratantes, así como lociones específicas anti-rozaduras o vaselina. Esta última solución es muy utilizada entre corredores: poner una buena cantidad de vaselina en zonas en las que se pueden sufrir roces antes de una carrera —las axilas, por ejemplo— es un buen truco para evitarlas. Hay quien prefiere colocarse cinta o esparadrapo sobre los pezones.

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