Todo lo que tienes que saber del 69 y no te habían contado

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El que comparte se lleva la mejor parte

Otra dificultad añadida es que es no es fácil dar placer cuando uno lo está recibiendo y debiera concentrarse en su satisfacción. Sucede a veces que nos dejamos llevar y el 69 se convierte al final en una experiencia más solitaria que compartida.
El secreto de la posición se encuentra, sin embargo, en ese doble juego. Llegar a dominarlo requerirá más de un encuentro. Decía el sabio que “en el medio está la virtud” y el éxtasis del compartir está en no ser ni demasiado altruistas ni demasiado avaros.

¿Ir más allá?

El 69 da un acceso completo a las partes más íntimas del otro. Lo principal, sin embargo, es que ambos disfruten de la experiencia y rebasar lo clásico requiere la autorización de nuestro acompañante. Algunos sienten que sobrepasar la barrera de los genitales más protocolarios es muy placentero, mientras para otros es todo un tabú. Por otro lado, no todo el mundo está dispuesto a dar cierto tipo de sexo oral alternativo. Lo que a ti te gusta no tiene por qué agradar a tu pareja, y no pasa nada porque sea así. Con el sexo las personas se aceptan mutuamente, y en el caso del 69 esta premisa es aún más potente.

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