Acoso y derribo

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Empezaron las llamadas a todas horas, me enviaba ramos de rosas a la oficina e incluso una noche me despertó con una serenata a cargo de una banda de mariachis.

Quizás muchas mujeres caerían rendidas a sus pies tras semejantes detalles pseudorrománticos (llegó a dejarme un anillo de compromiso en el buzón), pero para mí todo aquello era un tierra trágame que solo me hacía sentir incómoda. Me descalzaba cada vez que iba a entrar en casa porque, en cuanto oía mi puerta, él salía corriendo a hablarme. Me producía una mezcla de odio, miedo y asco que nadie entendía.

Mis amigas no paraban de repetirme que por qué no le daba una oportunidad, que se le veía coladito y que encima era muy guapo. Para mí, era un plasta, sin más. Para mí no había nada de romántico en sus flores o en sus poemas. Para mí, la conquista es un arte, mucho más que una estrategia de acoso y derribo. En fin, solo espero que se canse pronto…

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