Uñas encarnadas

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Es un problema común, incómodo y hasta muy doloroso, que afecta más a hombres que a mujeres. Su nombre «científico» es onicocriptosis pero, para entendernos, hablamos de esa uña del pie (generalmente la del dedo gordo) que, mientras crece, se entierra en la carne de los laterales del dedo produciendo una molestia y, en el peor de los casos, una profunda herida.

El cuidado de los pies es más importante de lo que parece no solo desde el punto de vista estético sino también de la salud. Externamente, una uña encarnada se traduce en un dedo hinchado y enrojecido (poco agradable a la vista) e incluso en una herida que puede llegar a infectarse y supurar. Además, esta molestia o dolor influye directamente en la forma de pisar, dificultando la práctica deportiva o el simple hecho de caminar.

Aunque puede existir cierta predisposición genética, las principales causas origen de este tipo de lesiones son dos:

  • El uso de un calzado inadecuado (zapatos apretados y en punta, calzado con un número incorrecto, más grande o más pequeño del que te corresponde…)
  • El mal corte de la uña. Las uñas de los pies deben cortarse rectas, sin curvatura alguna y dejando los picos de las esquinas al aire. Recuerda que su función es proteger el dedo, por lo que no debes dejarlas excesivamente cortas sino con unos milímetros de separación.

Una correcta pedicura es la mejor solución para mostrar tus pies sin complejos y, además, para mantenerlos en perfecto estado.

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