¿No habías oído hablar de él? Todo lo que sabemos sobre el orgasmo cervical

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La longitud es importante, pero aún más lo es la posición en la que se realice el acto sexual

A pesar del rechazo de muchos sexólogos, Anami defiende haber experimentado potentes orgasmos cervicales, algo que compara con vivir un éxtasis. “Es un resplandor de todo el cuerpo, un subidón que se extiende de manera que todo parece delicioso y me deja radiante durante días”. Toma ya. “Cada toque, cada palabra, cada interacción es exquisita”. Y procede a explicar una anécdota en la que, mientras se encontraba en un restaurante con su pareja, sintió terribles ganas de experimentar otro orgasmo de cérvix, por lo que salieron corriendo hasta que él la hizo el amor (bueno, textualmente, la “folló”) hasta que se puso a gritar, gemir y llorar, todo al mismo tiempo. Una experiencia que la tuvo flotando durante dos días.

La clave se encuentra, como uno bien puede pensar, en llegar a frotar la región de la vagina que da acceso al cuello uterino. Para ello ya no se debe empujar de arriba a abajo, como se haría si se intenta alcanzar un orgasmo vaginal, sino de un lado a otro, de forma que la punta del pene (o del dildo o vibrador, dos herramientas parece ser que muy útiles para conseguir este tipo de satisfacción) acaricie dicha zona. A pesar de lo que cabría pensar, no sólo importa la longitud –aunque también ayuda–, sino sobre todo, la posición.

En busca del clímax perdido

La posición recomendada por la autora para alcanzar dicho orgasmo es la penetración del hombre por detrás mientras la mujer se encuentra arrodillada. Por lo general, es necesario calentar un poco antes de lanzarse a la acción, ya que no resulta nada fácil alcanzar tan remoto punto. Todas aquellas que confiesan haber experimentado un orgasmo de esta clase coinciden en algo: si no se encuentran totalmente relajadas y sin que ningún problema emocional les atormente, es imposible alcanzarlo. Anami advierte que puede ser algo doloroso en un primer momento, por lo que conviene empezar el acto sexual con otras posiciones antes de lanzarse a por ello y, cuando se haga, tratarlo con mucho cuidado.

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