Introdujeron un elemento que no habían contemplado los antiguos relojeros suizos: ¡El reloj es un elemento de moda más como los vaqueros o las bufandas! Por 50 francos suizos podías tener un reloj para cada día de la semana. Es más, el nombre de Swatch no es el diminutivo de Swiss Watch (reloj suizo) sino de Second Watch. Tú tienes tu reloj de las grandes ocasiones, ten también uno para el día a día.
Swatch se convirtió en la vacuna que frenó la desaparición de la relojería suiza frente al competidor japonés. Solo tuvo que añadirle un nuevo elemento en la toma de decisión del cliente. Además de crear una producción más industrial y mecanizada en el ensamblaje de los relojes (menos operarios, mayor producción e incluso menor numero de componentes por unidad).
Desde esos principios de los ochenta hasta ahora, Swatch se ha convertido en el mayor gigante de relojería mundial. Reimpulsando firmas que habían quedado en quiebra o casi como Omega, Longines, Tissot, Mido… Además de ser la dueña de la principal fabrica de maquinaria relojera de suiza (ETASA).