Para reforzar la hipótesis anterior tenemos el caso de algunas especies de monos que tampoco tienen báculo, y curiosamente se trata de especies, por ejemplo los tarseos (Tarsidiae), que muestran inclinaciones por la monogamia o en su caso la poligenia (un macho copula con múltiples hembras pero no viceversa). De hecho estos monos son famosos por el romanticismo de sus relaciones de pareja, lo cual nos lleva a reflexionar sobre la sorpresiva relación entre romance y evolución y a imaginar otras posibles incidencias de un agente en el otro.
Fuente: Cultura Inquieta



















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