Pero es que además, también puede ser un modo de estimular el famoso punto G. Cuando se comienza a excitar el área anal femenina, las paredes comienzan a dilatarse poco a poco y el pene ejerce una presión ideal sobre el punto G, por lo que la sensación anal puede resultar mucho más intensa que la vaginal.
Según varias estadísticas aproximadamente el 50% de las parejas heterosexuales practican eventualmente el coito anal. Si tu pareja y tu no sois una de ellas porque a ella no le apetece probarlo no debes presionarla.
Sin embargo, no está de más que conozca todos estos datos, porque si sabe que puede ser tan placentero para ella como para ti quizá se libre de sus prejuicios y decida probarlo y disfrutar.